Cada momento estelar, como eclipses, alineaciones planetarias, movimientos de astros, etc. No pasan desapercibidos al planeta, que es nuestro hogar y también (los desafío a este pensamiento) nuestra nave espacial. Y así como afectan al planeta que nos alberga, también nos afecta a los que lo habitamos.
Este pensamiento es algo novedoso en mí, pero me rindo a las evidencias de todas las sensaciones y pensamientos que surgieron luego de este abril 2024, con las movidas estelares.
Hay gente que sabe mucho del tema, y que tiene el don maravilloso de poder explicarlo de manera clara y accesible, uno de los tantos que escuché (abajo les dejo los enlaces) que coincidía con todos los demás, explicaba que estos fenómenos son portales, es decir aperturas energéticas que nos abren nuevos momentos evolutivos (siempre que digo evolutivo, lo hago en referencia a un movimiento ascendente de frecuencia energética y por ende de conciencia).
El último eclipse abrió un portal hacia... ¡la cuarta densidad de conciencia! Donde, como les conté en la entrada anterior, ya comenzamos a recordar nuestro hermoso poder creativo.
Bienvenidos los que están despertando, porque haremos una masa crítica para que los que faltan se vayan desperezando.
Así es.
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