En la alineación que estamos atravesando unidos al planeta, también se van acomodando las lecciones que debemos aprender y las cosas que debemos sanar. Observo que eso se está llevando a cabo de manera más clara y rápida y agregaría, más evidente. Lo observo todos los días en el consultorio.
Veamos, si lo que debo sanar y aprender está vinculado al desapego, por ejemplo, seguramente, esté atravesando una separación conyugal, o una mudanza o el despido de un empleo. Si lo que debo sanar es una vieja herida materna, es bastante probable que la crisis con la madre viva o muerta esté en un pico.
Es indudable que estamos en un periodo de limpieza, de hacer lugar, de sacar lo que impida una rápida evolución, con lo cual se agudizan las situaciones que hay que sanar, para VERLAS y sacarlas, limpiar la mente y las emociones.
¿Para qué? Esta etapa de limpieza está vinculada al salto cuántico que está dando la humanidad junto al planeta a una nueva evolución. No hay nada místico en esto, es ciencia, es energía en movimiento.
Nos cuesta comprenderlo porque eso también exige una mirada diferente a lo que veníamos viviendo hasta ahora, es una activación de otra humanidad que está en germen en nuestro ADN desde siempre.
Ojo, no crean que esto le está pasando a todos, obviamente no es así, no todos están listos para activar ese cambio, muchos van a aquedar en el camino, porque su elección es esa. No por una maldición o una cosa elitista, es que la libertad, el libre albedrío es sagrado.
Abracen la situación que atraviesan, para entender (muchas veces con terapia, texto o vídeo y hasta un amigo) que hay que sacarlo de la mente, del corazón, y estar limpios de impurezas que nos aten a una densidad de frecuencia diferente a la de la nueva tierra y humanidad.
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